Tras un tiempo de reposo, cuatro meses, he
vuelto al trabajo. Continuo con la serie
de pinturas realizadas sobre la base de nicotintas, es decir, obras elaboradas
a partir de matices logrados del tabaco. Es un proceso largo, que encierra
pasos como la extracción de estos fluidos y buscar la consistencia necesaria
para su conservación.
Este
retrato de Robaina, un famoso productor de hojas de tabaco de Pinar del Rio, en
mi Cuba, me tomo un tiempo bastante prolongado pero el esfuerzo valió la pena. Lo
hice a continuación del retrato de Compay Segundo y traté de seguir una línea
de trabajo: retratos y nicotintas.
Las arrugas de su cara, la mirada, los
detalles en el tabaco, el color ocre de la tinta, me han inspirado. Pronto
subiré más trabajos de esta serie.
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